El Lyceum Club Femenino de Madrid, creado en 1926 -y que Amparo Hurtado considera «la primera asociación feminista del país»-, fue juzgado de muchas maneras debido a la época en la que se hallaban. Carmen de Baroja, María de Maeztu y otras 149 socias fueron altamente criticadas por la sociedad, las etiquetaron como “ateas”, “criminales. Como veremos, los ataques venían de varios sectores; sobre todo, de parte de intelectuales conservadores y del sector eclesiástico. Durante la República los ataques más frecuentes los causaban las filas falangistas que afirmaban que ellas contribuían a la “afeminación” del país, por temor a la mujer moderna, un temor importado de Alemania e Italia. A pesar de todas las oposiciones al Lyceum Club, este continuó haciendo que participaran muchas mujeres, que se realizaron como profesionales, artistas y, sobre todo, como mujeres, además de un espacio desde el que luchar por los derechos civiles de la mujer española y como decía Mª Teresa León “adelantar el reloj de España”. Gracias al Lyceum se crearon otros foros con claras intenciones feministas. Es decir, el Lyceum proporcionó en Madrid tres posibilidades insólitas a las mujeres: una, la de cultivar una vida social y cultural de convivencia entre mujeres, dos, la de demostrar sus talentos y capacidades en un foro propio; tercera, y la más significante de todas, la de proponer cambios en la situación jurídica y social de la mujer. En esta última el patriarcado intentó resistir y evitar que se llevaran a cabo ideas progresistas que mejorarán la situación de la mujer.
El Lyceum Club Femenino de Madrid se basó en su equivalente londinense, adoptó la misma estructura de separación por secciones que fueron: la social, la de música, la de artes plásticas, industriales, la de literatura, la de ciencias, la internacional y una séptima sección especial, la hispanoamericana.
Mujeres como María de Maeztu, Isabel Oyarzábal, Victoria Kent y Zenobia Camprubí ocuparon cargos relevantes en la dirección de la entidad. Otras socias destacadas fueron Clara Campoamor, Matilde Huici, Mª Teresa León, María de la O Lejárraga, Ernestina de Champourcín, Concha Méndez, Maruja Mallo, Elena Fortún, Hildegart Rodríguez o Victorina Durán.
El Lyceum Club Femenino de Madrid continuó hasta la llegada de las tropas franquistas en 1939, donde sus participantes se vieron obligadas a huir. Durante la dictadura franquista todos los avances conseguidos por el Lyceum Club fueron deshechos y este se convirtió en el Club Medina, que reafirmó el papel subalterno de la mujer. Y así fue como el mundo de las mujeres “modernas” desapareció como si nunca hubiera existido.
El Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, junto a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha descubierto hoy, Día Internacional de la Mujer, una placa en homenaje a las mujeres que formaron parte del Lyceum Club Femenino. Se trata de una de las primeras asociaciones de mujeres de España y de la que fueron socias destacadas intelectuales de la Generación del 27.
La placa está ubicada en el edificio conocido por la ‘Casa de las Siete Chimeneas’ que albergó el Lyceum Club Femenino y que en la actualidad es la sede de la Secretaría de Estado de Cultura.
Cristian Íñiguez, Rubén Jiménez, Bernat Suñé
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